Salome Martínez

Afirman en Encuentro que las personas experimentan transformación al leer un libro

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Por Salomé Martínez

El lector se trasforma cuando el texto el dice algo, afirmó la escritora e investigadora colombiana Beatriz Helena Robledo en su conferencia Etapas y procesos de los lectores, ofrecida en el Encuentro Estatal de Mediadores de Salas de Lectura.

 “Los textos literarios hablan con voz propia al interior de los lectores; son textos que provocan encuentros furtivos y azarosos como los de la vida. Encuentros inesperados que me revelan, me descubren, me confrontan, me permiten mirarme a mi misma”, explicó ante los asistentes al Encuentro reunidos en el Auditorio del Museo del Noreste (MUNE).

 Beatriz Helena Robledo visitó Monterrey para participar en el Encuentro organizado por CONARTE y CONACULTA para celebrar el décimo quinto aniversario de la implementación del Programa Nacional Salas de Lectura en Nuevo León.

 “En la formación del lector no hay fórmulas ni recetas que puedan aplicarse y arrojar los resultados esperados, porque leer es un acto de libertad y la libertad  ni se prescribe, ni se encasilla.

 “La formación de lectores tiene un no se qué de ambiguo, de incierto, de indefinible que produce desconcierto, sobre todo cuando intentamos medir algo que  no se puede medir”, apuntó.

 Se habla de procesos, de comportamientos, de desarrollo y quizás, de una manera más acertada, de prácticas, sin embargo, los resultados, casi nunca dejan satisfacción.

 Dijo que el tema de la formación de lectores pasa por la rara frontera entre lo privado y lo público, entre lo personal y colectivo, entre lo civil y lo estatal.

 “De allí que sea un tema complejo, sobre todo a la hora de querer mostrar resultados o de intentar masificar una práctica que históricamente ha sido cultivada por unos pocos.

 “Sin embargo, todos estamos convencidos de las bondades de leer. Hoy más que nunca, la lectura está relacionada con el avance de la sociedad, con las condiciones democráticas, con las oportunidades que tiene una persona para desenvolverse y participar activamente en el desarrollo y la trasformación de su entorno”, mencionó.

 “Esto puede sonar a demagogia, pero es un ideal que no podemos dejar de buscar y es además una poderosa razón que tiene toda acción de promoción de lectura”.

 

Los escenarios en la formación del lector

 Beatriz Helena Robledo dijo que la formación de un lector pasa por diferentes escenarios: el primero y fundamental es el hogar, otro es la escuela y uno más es la biblioteca pública.

 “Sin embargo, en los últimos 40 años y en especial en América Latina se han abierto y valorado otros espacios alternativos, no institucionalizados para la formación de lectores, relacionados con la vida cotidiana de las personas: Clubs lectores, tertulias literarias, círculos de lectores en cárceles, hospitales, comunidades rurales, servicio de lectura de puerta en puerta, salas de lectura, en fin todo un movimiento que rompe esquemas e intenta instalar la lectura en los espacios cotidianos de la gente”, expresó.

 No hay manuales para la formación de lectores

 “Un lector no se forma con manual. Aquí la lectura se juega de otra manera. Entra en relación directa con la vida actual de las personas que se están trasformado en lectores, pero primero hay que hacer que se reconozcan como tales, que asuman su condición de lectores. Y todos los somos”, afirmó la investigadora.

 Porque leer, dijo, es una capacidad que tienen todos los seres humanos y negarla es atentar contra un derecho fundamental.

 “Leer es un acto de conciencia y es algo que se desarrolla y se aprende. Por eso es necesario el trabajo de los mediadores”, aseguró.

 

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