Llega al mundo la revolución industrial durante la segunda mitad del siglo XVIII. Empezó en Gran Bretaña y se extendió a toda Europa y Estados Unidos. A Inglaterra le sobraban recursos naturales en sus territorios conquistados y dinero, pues dominaban el comercio mundial, con el tráfico de esclavos, tabaco y azúcar. La mecanización fue la clave para desencadenar la revolución industrial. Adam Smith en su “Riqueza de las naciones” en 1776 señala las deficiencias de la producción artesanal. Pone el ejemplo de una fábrica de alfileres, con el sistema artesanal, una persona trabajaba todo el día para fabricar uno. En cambio, si diez trabajadores diferentes se encargaban de una fase del proceso cada uno, la fábrica produciría 48 mil alfileres al día. La división del trabajo animó el desarrollo de maquinaria nueva, y la industria textil fue la primera en modernizarse y los tejedores manuales no podían competir con las máquinas, por lo que generalmente …se iban a trabajar de obreros a las fábricas modernas. La revolución industrial llegó a México en tiempos del presidente Porfirio Díaz, a finales del siglo XIX, provocando una transformación favorable, aunque el defecto fue que mientras a los industriales les iba muy bien, los obreros no tenían condiciones laborales dignas, sin salario mínimo, séptimo día de descanso, etcétera. Luego vino al mundo la era del vapor, que transforma la fabricación de muchos artículos, pero sustancialmente al transporte marítimo. Así hemos avanzado los humanos, de brinquito en brinquito, y hoy día es una lástima que con tantos avances tecnológicos, haya millones de personas con hambre mientras una minoría tenemos comida de sobra. El siguiente reto a vencer, es equilibrar los avances sociales, culturales y tecnológicos de la humanidad. Y esa nueva era estoy cierto que no empezará en Inglaterra como las anteriores.

(Tomado de Facebook Por Leopoldo Espinosa Benavides)