¿Cuánto debe ganar un matrimonio jóven?
Por redacción 4poder
Ciertamente los de mi generación trabajamos desde niños para salir adelante, y la mayoría lo conseguimos. Sin embargo quienes hoy inician una familia tienen mayores comodidades, pero más desventajas sociales y económicas que nosotros. La eliminación de prejuicios morales, la transportación, las diversiones, y las posibilidades que auspicia la cibernética son fáciles de alcanzar, pero la competencia es mucho mayor en todo, comenzando por el rubro laboral.
Eso ya es de suyo un fuerte problema, pero lo grave es la economía de los matrimonios jóvenes clasemedieros que vienen de vivir en la comodidad de la casa paterna, donde casi todos sus ingresos personales los destinaban a lujos que no siempre correspondían a su nivel económico. Estudié el caso de una familia integrada por profesionistas jóvenes con dos hijos, que viven en una buena colonia de San Nicolás, y que ganan entre los dos, 54 mil pesos mensuales, libres de impuestos. Los datos que le daré a usted estimado lector, son gastos promedios al mes, que verá coincidir prácticamente con los números oficiales.
Si esta pareja no tuviese los dos niños, podría vivir con cierta holgura -sin los lujos de solteros- pero su realidad es ésta: en colegiaturas gasta 6 mil 450 pesos por hijo, o sea que eroga por ese concepto 12 mil novecientos pesos. Y como aspiran ambos a que sus hijos se desarrollen integralmente, los inscribieron en clases extraescolares de: deportes, que cuestan mil 50 pesos; de arte, mil 800 pesos; y de idiomas, 4 mil 500 pesos, lo que suma 20 mil 250 pesos en educación. La UNESCO recomienda gastar en esto 12 mil 165 pesos.
Su casa es propia, y está pagándola a razón de 9 mil pesos mensuales. De teléfono e internet paga 900 pesos. Entre energía eléctrica y gas, consume mil 600 pesos. Entre agua y drenaje, 300 pesos. De dos teléfonos celulares, mil 700 pesos. Televisión por cable, 600 pesos. Servicio doméstico, 3 mil 200 pesos. Vestido y calzado, 4 mil 200 pesos. Alimentos para todos, incluyendo la empleada doméstica, 8 mil pesos. Esto suma 29 mil 500 pesos, y la UNESCO recomienda que se erogue 12 mil 165 pesos.
En el rubro de recreación y transporte, del automóvil paga 6 mil 750 pesos y de combustibles y mantenimiento, mil 250 pesos. Mensualmente asisten una vez al cine y les cuesta 400 pesos. Lo mismo su visita al estadio de fútbol, que gastan mil 500 pesos en esa tarde. Y hacen al mes una comida fuera, gastando 700 pesos. Esto suma 10 mil 600 pesos, cuando la UNESCO recomienda gastar 6 mil 75.
Por concepto de salud y ahorro, tomó un seguro de gastos médicos mayores en GNP que le cuesta 4 mil 666 pesos mensuales por toda la familia, que no incluye servicios dentales ni ortodoncias (3 mil 850 cada una) mucho menos suministro de prótesis dentales, costándole este concepto alrededor de 600 pesos mensuales, dando un total de 5 mil 266 pesos, por toda la familia.
En siete días de vacaciones fuera de la ciudad, gasta 25 mil pesos o sea 2 mil 100 pesos mensuales; en regalitos para asistir a piñatas gasta esta familia mil 200 pesos, y en regalos entre ellos y a familiares, erogan 800 pesos. Esto suma 4 mil 100 pesos.
Sumando los gastos de educación privada; vivienda, servicios y alimentos; recreación y transporte; salud, ahorro y vacaciones, esta pareja gasta 69 mil 716 pesos. Es decir que trae un déficit de 15 mil 716 pesos. Las cifras oficiales dicen que en promedio la clase media gasta 80 mil 600 es decir 20 mil pesos más que la percepción económica de la clase media alta, cifra parecida a la de mis jóvenes amigos. Y les faltan los gastos del club deportivo y los de alguna juerga de vez en cuando. Ah, y no ahorran un peso.
Esa es la razón de que sea la clase media la principal receptora de créditos, con el 55% del total nacional, y también es de ella el 65% de la cartera vencida. Esta cartera vencida de clase media representa, en tarjetas de crédito, préstamos personales y de nómina -sin incluir vivienda ni automóviles- la friolera de 19 mil millones de pesos.
El matrimonio en comento es de clase media, ni rico ni pobre; estrato social relativamente nuevo que nace a fines del siglo XVII y principios del XVIII, aunque en México vino apareciendo a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando el equilibrio entre hacendados y gobernantes contra la masa de peones y jornaleros, se rompe con la industrialización del país, durante los gobiernos de Juárez y el porfiriato.
Disfrutamos larga paz desde el término de la invasión francesa hasta la revolución de 1910. Y es en ese lapso cuando se capacitaron trabajadores para reparar máquinas, contabilizar productos, y ocupar posiciones intermedias en producción y distribución de los productos terminados. Estos trabajadores exigieron mejores condiciones laborales y desde luego percepciones mayores, lo que les permitió aspirar –sin mayores posibilidades de alcanzarla- a la buena vida de los ricos. Nace la clase media.
Igual sucede en Nuevo León. Antes del ferrocarril en 1882, Monterrey era paso de mercancías provenientes de Estados Unidos y la región nórdica nacional hacia el centro. Una pequeña burguesía controlaba hostales, comercios y agencias que brindaban seguridad contra ataques de los indios. Pero el ferrocarril desaparece esa bonanza y no se genera riqueza aquí hasta que nace la industria una década después, misma que en 1910 ya había convertido a Nuevo León en un ente industrial, requiriéndose trabajadores especializados y profesionistas, formándose la clase media nuevoleonesa.
La educación de franciscanos y dominicos caritativos, se sustituye por salesianos, maristas, lasallistas y monjas del Sagrado Corazón, en colegios para clase media, buscando que la doctrina católica sea guía moral de la sociedad. Así se pasa en 1900 de un 7% de ricos y el resto de pobres, a un 25% de clase media en los años sesenta y para 2010 había ya 36.6%, o sea 109 mil hogares clasemedieros. De los años cuarenta a los sesenta, la clase media aspira a la buena educación y lujos de los ricos. Enseres y ropa importada -la mayoría de fayuca- de Laredo, después de McAllen y luego de San Antonio, era distintivo de prosperidad, y un condominio en la Isla del Padre o una casa campestre de las denominadas “Quinta”, era prueba clara del éxito gracias al ahorro y el esfuerzo.
Pero llegaron las recurrentes crisis de los años 80 y 90, y la clase media fue la más golpeada, por lo que hubo de reducir gastos para disfrutar de su estatus, pero también aprendió a “sacar fiado” en las grandes tiendas departamentales que ofrecían todo a plazos, casas, carros, viajes. Las mensualidades estaban controladas hasta que llegaba la siguiente crisis, cuando unos quebraban y otros sobrevivían. Hasta la devastadora crisis de 2008, que muchos clasemedieros con preparación académica alta, perdieron su empleo, les embargaron los bienes que nunca habían sido de ellos, y quedaron desempleados y desesperados.
Adicionalmente, la inseguridad complica todo, restringiendo alternativas de buscar ingresos extras a deshoras, por lo que el matrimonio joven del principio, como tantos otros, no tiene muchas opciones mas que arriesgarse a buscar ingresos adicionales, o pedir apoyo a sus familiares, o sacar a sus hijos de colegios particulares para inscribirlos en escuelas de gobierno, que es para ellos denigrante, cuando nosotros en ellas estudiamos.
No se cual de las tres opciones sea más dolorosa, pues una de las características de los jóvenes de hoy, bien preparados e informados, es su arrogancia. Aunque debemos reconocer que buena parte del problema lo generamos los padres que permitimos que los hijos adoptaran el principio de que quien tiene más, o aparente tenerlo, vale más.
Fuentes:
UNESCO
BANCO DE MEXICO
PROFECO
INEGI
UNESCO
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