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GRACIAS….

Queridos amigos y colegas periodistas, ciudadanos de a pie o de bicicleta, y también los que tienen su carrito que con bastante esfuerzo lo han comprado, viviré agradecido eternamente por tantas muestras de solidaridad y apoyo que me han dado.
En verdad que sus mensajes exigiendo justicia fueron determinantes para que se pudiera alcanzar un arreglo con La Jornada respecto a la indemnización que he reclamado. El convenio se firmara el martes próximo, y ahora queda mirar para adelante.
No exagero si les digo que esta experiencia ha resultado en mas de un sentido maravillosa porque me ha permitido conocer o confirmar la calidad de gente que son todos ustedes. Es admirable que muchos colegas tal vez hasta pusieron en riesgo su propio trabajo por defender públicamente mi causa.
Lo que yo hice, lo digo sin falsa modestia, era simplemente mi deber, estaba defendiendo lo que en justicia me corresponde, y nada tenia que perder. Asi que permitan que les diga de todo corazón que los dignos de ejemplo son ustedes.

Les quiero comentar un detalle que para mi hace que valga la pena esta experiencia, desde luego a lado de su amplia solidaridad.

Apenas yo saque una cartulina para denunciar mi caso, apareció Mitzi, una jovencita de 20, 21 años, que empezó a tomar fotografías. Resulta que Mitzi es una estudiante de periodismo de la UNAM que vio la protesta y se bajo de un camión urbano para «cazar» la noticia. Ahí permaneció todo el tiempo, tomo notas, y al final me pidió el numero de mi celular, para verificar si finalmente el martes se firma el convenio con La Jornada..
Me emociono su acuciosidad y pasion por el oficio, y le pregunte si no se sentía decepcionada al conocer mi caso, me dijo que no, que ya sabe que no se hará rica, y que aquellos que así lo piensen, mejor que se dediquen a otra cosa.
Yo le dije que nunca me he arrepentido de seguir esta carrera y que las satisfacciones personales superan con mucho el peso de los inconvenientes.
Mas tarde me entrevisto un periodista de Matamoros, para una estación de radio, me pregunto cual trabajo me dejo mas satisfacción en estos años. No le hable de las veces que mi nota fue la de portada o de alguna entrevista con personajes destacados, sino de un caso que vivieron 308 familias de la Colonia Agropecuaria Emiliano Zapata, de El Carmen, Nuevo Leon.
Durante el gobierno de Jose Natividad Gonzalez Paras, los colonos fueron despojados de 263 hectáreas, y sus casas fueron destruidas con explosivos y maquinaria pesada, al tiempo que algunos de sus animales fueron sepultados vivos entre los escombros, pero gracias a la lucha que dieron organizadamente, lograron que les fueran restituidas sus propiedades, enfrentandose a toda la fuerza de los poderes Ejecutivo y Judicial, amafiados con un empresario pedrero para quitares su patrimonio.
Claro que yo como corresponsal me limite a realizar mi trabajo, al igual que en este caso lo hicieron Adrianita Esthela Flores, Raymundo Perez Arellano -Milenio- y Raul Rubio -El Regio-, pero me emociono hasta lo mas hondo del alma, cuando en la Nochebuena de 2007, recibi un mensaje de Maria Teresa Martinez Gonzalez, una de las lideresas de ese movimiento, quien me escribió, «gracias a usted, hoy pasare esta Navidad en mi casa». Sere capaz de arrepentirme de haber escogido el oficio mas hermoso del mundo?
*Me perdonan la falta de acentos -solo entran los de autocorrecion- y de algunos signos, porque este teclado es gringo.
Con mi eterno agradecimiento, reciban un fuerte abrazo de su servidor y amigo, David Carrizales

Por 4poder