LA REVELACIÓN, ESCRITA Y DIRIGIDA POR RASCHID MARCOS, SE PRESENTA EN EL ENCUENTRO

Por Salomé Martínez

Un severo reflejo de la sociedad moderna, oprimente, represora, coartadora de las libertades más elementales es el espectáculo teatral Revelación (Pieza en forma de flamingo No. 1) de Raschid Marcos, que presentó el grupo Polución Teatro en el Teatro del Centro de las Artes.

La obra, que reúne cuatro cuentos de Raschid Marcos para conformar una misma historia, se presentó en el XXII Encuentro Estatal de Teatro Nuevo León, organizado por el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León (CONARTE) en coordinación con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Establecer el “orden” a como de lugar es el pretexto para que la líder de un grupo de personas habitantes de un edificio departamental las mantenga sometidas a respetar un sin fin de normas que coartan su libertad. Revelación es una obra inteligente, de reflexión, que ofrece una ácida crítica a la sociedad actual. En este edificio habitacional, que más parece una casa de salud mental, un grupo de personas viven atrapadas en este reducido mundo asfixiante, que aplasta sus voluntades. La líder basa su poder en la incondicional ayuda de los “cerdos”, entes represores, quienes usan la fuerza para someter a los que intentan revelarse, a los intentan escapar. Los habitantes luchan por salir de esta situación que los asfixia, pero no hay escape, todos sus intentos se ven frustrados. “Nos han quitado todo, aquí nadie sonríe, todo está marchito”, dice abatido uno de los habitantes. La obra toca temas como la evolución, el abuso del poder, el amor, la mentira, la represión, la libertad, el sometimiento, la injusticia y la infelicidad. Actúan Yésica Silva, Roberto Cázares, Víctor Hernández, Jocelyn Paulette y el propio Raschid Marcos. Revelación se presentó el pasado mes de abril en la Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y tendrá una breve temporada los días 22, 23 y 24 de junio en el Teatro del Centro de las Artes.

by Salome Martínez