Por Salomé Martínz

Zenaido Orozco Contreras no es un rostro nuevo en el Poder Judicial. Con 35 años de carrera —19 de ellos como juez de distrito— ha recorrido cada escalón del sistema: fue actuario, secretario, agente del Ministerio Público Federal y juez. Hoy, busca mantenerse en el cargo con un mandato distinto: el del voto popular, bajo el nuevo modelo de elección de jueces que impulsa la reforma judicial.

“Conozco el sistema desde abajo. No vengo a aprender. Vengo a seguir sirviendo con transparencia e independencia”, afirma desde su oficina en el Cuarto Juzgado de Distrito en Materia Civil y del Trabajo en Avenida Constitución 241 Poniente de Monterrey.

Orozco compite por el Distrito Judicial Electoral 1, que abarca la zona centro y norponiente de Monterrey, así como San Pedro, Santa Catarina, García y General Escobedo. Aparece en la boleta amarilla con el número 22.

Con un estilo sobrio y de puertas abiertas, Orozco destaca la eficiencia de su juzgado, que mantiene la carga procesal más baja entre sus pares. “Resolvemos más rápido porque trabajamos con orden y compromiso. El 90% de los juicios de amparo se resuelven el día de la audiencia”, asegura.

Propone reformas puntuales: simplificar el juicio de amparo para hacerlo más accesible, reducir la burocracia en el Consejo de la Judicatura, y reconocer la firma electrónica del SAT como válida a nivel judicial. Todo, dice, con un mismo fin: acercar la justicia a la ciudadanía.

Sin espectaculares ni campañas estridentes, Orozco apuesta por su trayectoria. “No soy político. Soy juez. Y quiero seguir siéndolo, ahora con el aval de la gente”, concluye.

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