Por Salomé Martínz
A punto de cerrar su campaña como aspirante a jueza de distrito en materias civil y laboral en Nuevo León, Verónica Robledo Alfaro defiende una consigna que resume su visión de la judicatura: “La justicia no puede quedarse en el escritorio”.
Con más de dos décadas en el Poder Judicial de la Federación, Robledo —abogada, madre y docente— busca llevar su experiencia práctica al frente de un juzgado. “He estado del otro lado del escritorio”, asegura, al recordar sus inicios como oficial judicial, actuaria, secretaria de juzgado y de tribunal colegiado. “Sé cómo hacer que un juzgado funcione”.
Su proyecto gira en torno a tres ejes: abatir el rezago judicial con una coordinación eficiente, promover un trato digno hacia las personas que acuden a los juzgados, y proteger los derechos laborales del personal judicial. “Una jueza de puertas abiertas logra que los asuntos caminen, y caminen bien”, afirma.
Desde el 30 de marzo, ha recorrido la mayor parte de los 24 municipios del distrito judicial 03 para escuchar a la ciudadanía. “La gente está cansada de esperar. La justicia no solo debe ser pronta, debe ser sensible y tener rostro humano”, dice Robledo, quien propone mantener canales abiertos de comunicación con la sociedad a través de redes sociales.
Con un enfoque marcado por la inclusión, sostiene que la función judicial debe reconocer las realidades sociales. “Juzgar con perspectiva es más que aplicar leyes; es entender a las personas. Tenemos jurisprudencia, tenemos protocolos, pero lo esencial es tener voluntad”, señala al hablar de los derechos de personas con discapacidad, adultos mayores o de la comunidad LGBTQ+.
Robledo cuenta con dos maestrías por la Universidad Autónoma de Nuevo León, una especialidad en derecho laboral y múltiples diplomados en argumentación jurídica, amparo y género. También ha sido tutora en la Escuela Judicial Federal y profesora universitaria. “Enseñar me ha hecho mejor servidora pública”, sostiene.
Con la boleta número 08, busca representar no una promesa, sino una trayectoria. “Quiero aportar a una justicia cercana, que sepa escuchar y que responda”, concluye.