• En el marco del Día del Maestro, Julián Nevárez Montes, director de posgrados de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Monterrey, afirma que en esta época de acelerados cambios tecnológicos el rol de las y los profesores sigue siendo importante

Por Luz Citlali M

Si bien las nuevas tecnologías (quizá siendo la Inteligencia Artificial o IA y su Chat GPT las más sonadas) vienen a revolucionar la educación, algo permanece constante: el vital rol de las y los maestros que ahora más que nunca deberán enseñar a los niños, niñas y jóvenes a reflexionar y razonar críticamente, indica Julián Nevárez Montes, director de posgrados de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Monterrey.

“El rol del educador se ha transformado con los cambios de las generaciones. Desde una perspectiva tradicionalista, el educador compartía cátedra y se vienen a la mente las imágenes del maestro en posición de superioridad, sentado, hablando de manera unidireccional a los estudiantes”, indica el investigador de temas relacionados con educación y tecnología.

“En tiempos recientes, hemos hecho la transición a un modelo más centrado en los alumnos, donde el maestro no es el único responsable de verter conocimientos, sino que existen interacciones que propician el aprendizaje basado en las cualidades y las realidades de los estudiantes, de manera que mantengamos su interés y lo aprendido sea significativo”.

Es en dicho mindset que llegan los más recientes adelantos tecnológicos. Nevárez Montes argumenta que esta tecnología realmente no ha cambiado la labor docente en sí. Más bien, lo que transforma son los contextos de la enseñanza.

Indica que “lo podemos ver con un ejemplo muy sencillo: pasamos de impartir matemáticas en un pizarrón con gis a enseñar matemáticas en un pizarrón electrónico y con la ayuda de apps. Aquí, los estudiantes ya habían sido usuarios de estos avances tecnológicos, lo que hicieron los maestros es adoptarlos para mantener el principio de aprendizajes centrados en los alumnos”.

De esta manera, más que temer el advenimiento de la IA y pensar que la labor de los maestros será obsoleta, la invitación es repensar los aprendizajes esperados con los productos de enseñanza actuales, dice el especialista de la UDEM.

Por ejemplo, quizá ya no resulta tan importante evaluar que los estudiantes memoricen información fácilmente disponible en internet, sino calificar el pensamiento crítico que detona dicha información: ¿qué tal, por ejemplo, evaluar las formas en las que solicitan a Chat GPT elaborar un reporte, donde demuestren en tales solicitudes las conexiones o reflexiones que obtienen a partir de conceptos clave brindados por el profesor?

Nevárez Montes concluye que el mejor consejo para las y los docentes es buscar capacitaciones, perder el miedo a la IA y aprender a utilizarla junto con los estudiantes. Una vez que comprendan la herramienta podrán definir sus lineamientos de uso: “¿cómo puedo saber de qué manera algo va a cambiar mi vida y mi profesión si no lo uso?”, argumenta.

“Cuando ponemos en práctica una herramienta vemos realmente las capacidades y el potencial, y cuando evaluamos el potencial empezamos con las definiciones creativas de cómo incorporar las herramientas a la enseñanza. Las nuevas tecnologías son solo eso: herramientas; seguirá siendo el rol de los docentes definir cómo vamos a usarlas”.