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Por: Salomé Martínez

En Nuevo León se ha convertido en una estampa cotidiana ver a personas de origen indígena en total abandono.
Los esfuerzos que hacen las autoridades estatales parecen no ser suficientes para la inclusión de la comunidad indígena que ha crecido en el estado un 600 por ciento en los últimos 20 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía.

Información proporcionada por el INEGI reveló que en 1995 se tenía un registro de unos 7 mil 400 habitantes de lengua indígena en el estado, sin embargo esa cifra se disparó a 40 mil para el 2010 y la tendencia ha ido a la alza.
La falta de oportunidades en su tierra de origen es lo que favorece el fenómeno de migración. A Nuevo León llega gente proveniente de los estados de Veracruz, Oaxaca, San Luis Potosí y Querétaro.
El 80 por ciento de esa población vive en la zona metropolitana y las labores a las que se dedican son el apoyo doméstico y el sector de la construcción aunque algunos más se dedican a la venta informal y hasta la mendicidad, afuera de las estaciones del Metro.
Con la finalidad de lograr la inclusión social de estos grupos, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) imparte talleres en los centros comunitarios.
Sin embargo, los esfuerzos parecen no ser suficientes porque muchos de ellos continúan en estado de marginación.
Los municipios en donde se concentra la mayor cantidad de población de origen indígena son: Monterrey, Juárez, Escobedo y Santa Catarina.

 

LA DISCRIMINACIÓN.

José  es un menor de tan sólo 8 años que llegó a la capital de Nuevo León, proveniente de San Luis junto con su familia.
Arribaron a esta ciudad con la ilusión de un mejor nivel de vida y terminaron vendiendo dulces, cacahuates y semillitas en la calle y no solo eso sino que a diario se tienen que enfrentar a la discriminación en su propio país.
“La gente es mala porque uno no es de aquí. Hasta en la escuela”, comentó José, de manera directa.
El menor tiene razón porque según los resultados de una encuesta realizada por la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SPINNA) cinco de cada 10 niños mexicanos sufren discriminación en los propios planteles educativos.
Las principales causas de discriminación son el color moreno de la piel, una discapacidad o el ser indígena.
La encuesta indicó que los menores son amenazados con violencia física o palabras ofensivas. El 40 por ciento por el color de su piel, el 24 por ciento por sufrir de alguna discapacidad y el 16 por ciento por pertenecer a un grupo indígena.

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