Por Salomé Martínez
Uno de los principios básicos de las personas es la educación y una buena orientación, ya que de esta forma es posible crear ciudadanos capaces de ayudar y compartir.
Con esta filosofía, Bernardo Martínez Rappossu, rector de la Universidad Humanista, ha logrado impulsar la Asociación Civil, Compartiendo, misma que está dedicada a entregar apoyos a las familias de escasos recursos que se encuentran en las zonas más desprotegidas.
En un breve recuento, menciono que está convencido de que la educación es fundamental para las personas, ya que “todos Somos educación, todo es educación, porque si a nosotros nos educan para ser atentos y con una buena actitud hacia la vida eso es lo que vamos a ser. Personas atentas y con una buena actitud a la vida”.
“Si a nosotros nos educan para ser indiferentes, para ser apáticos, para ser insensibles eso es lo que vamos a ser en la vida” reiteró.
Así mismo, comento que “En esta universidad he tenido la oportunidad junto con mis colaboradores de formar en los últimos tiempos una agrupación que se llama compartiendo, que es un brazo muy importante de la Universidad Humanista de las Américas porque permite a los alumnos conocer lo que es darse a su comunidad, darse a sus semejantes”.
“Cuando uno siente en carne propia lo que es compartir y participar a los demás, los privilegios y los dones que hemos recibido de manera gratuita, estamos entendiendo en gran parte nuestra vida que es dar, dar y recibir la satisfacción de ese dar”.
Compartiendo, dijo, es una agrupación con la que actualmente han acudido a varios municipios de diferentes partes de la república y particularmente en Nuevo León.
“En Santiago tenemos a un joven muy ilustre que pasó la prueba que aplicamos, gente que se entrega, gente que es incondicional, él es Gamaliel Valdez”.
Con respecto a los apoyos que entregan, explico que normalmente han agarrado un eje, que es el arroz y el frijol, pero lo que la gente añora, a lo que los humanos aspiran inconscientemente es a tener esperanza, a tener Fé, y a tener cariño.
“Lo más importante para la gente es tener esperanza, Fé y cariño, si la gente tiene esperanza tiene sentido seguir viviendo y reírse ahora, tiene sentido soñar. Si tiene Fé es que cree que puede suceder”.
“Damos arroz y frijoles pero cuando se puede también juguetes, artículos deportivos cuestiones académicas, ropa y lo que se vaya presentando, porque hay mucha más gente buena de la que imaginamos y Compartiendo vive de la gente y de lo que la gente quiere donar” subrayó.
La Universidad Humanista está por cumplir 30 años y a la gente no se le puede enseñar a amar odiando; enseñar a reír cuando se tiene la cara enojada o a compartir cuando uno está discoleando todo.
Necesitábamos un brazo de participación activa que fuera el pretexto para que nuestros estudiantes ejercieran la compasión, la piedad, la sensibilidad hacia los demás y creamos un movimiento que se llama acción humanista, indicó Martínez Rappossu.
Desde sus inicios, mencionó que en esta acción se sumó mucha gente queriendo participar haciendo regalos, compartir comida, ropa, juguetes y de esa forma surgió Compartiendo.
“Surgió en el 2006 y en el 2011 ya estábamos compartiendo de manera sistemática y no rutinaria”.
“En el 2015 decidimos institucionalizarnos y hacerlo de una manera formal”.
Accidente los marca y motiva a seguir con mayor arraigo
Bernardo Martínez Rappossu, recordó que una de las mayores experiencias que han tenido a lo largo de estos años es el fatal accidente que tuvieron justo hace un año cuando viajaban hacia el municipio de Galeana para entregar ayuda y por una falla mecánica el vehículo cayó a un barranco de 120 metros de altura, provocando la muerte del vicepresidente de la Asociación César Roman Díaz Espinosa.
“Tenemos en estas fechas que conmemorar un evento, un tanto trágico, y tiene que ver con un compañero que fue vicepresidente de compartiendo hace dos años. Cesar Roman Díaz Espinosa”.
“Este día 30 se cumple un año de un accidente que tuvimos en Rayones cuando nos dirigíamos a galena. Yendo por la carretera interna rumbo a galeana la camioneta en la que íbamos empezó a derrapar, tuvo un apagón y empezó a derrapar…Yo me baje porque supuestamente la iba a controlar y la camioneta me arrastro y caímos a un barranco. Él de 120 metros y yo en un barranco de 88, y de alguna manera Dios quiso que yo me conservara” subrayó.
De esta forma, reitero que es importante mantener vivo el espíritu y las ganas de ayudar, motivando a los jóvenes a que también se involucren y sean partícipes para, en conjunto, ver por aquellos que más lo necesitan.
La asociación Compartiendo A. C. está por cumplir 3 años y el mayor deseo es que esto se convierta en un movimiento internacional y que la ayuda de la gente llegue hasta el último de los rincones, concluyó Bernardo Martínez Rappossu.