Solicitan legisladores unidades desfibriladoras para ciudadanos de Nuevo León

Por Salomé Martínez 

Con la finalidad de atender a la ciudadanía en una emergencia médica como el infarto agudo al miocardio, arritmias y muerte súbita, el Congreso del Estado exhorto a los 51 Ayuntamientos, para que en los espacios o lugares con grandes concentraciones de personas, cuenten con unidades desfibriladoras automáticas externas.

En el documento presentado por el Legislador Sergio Arellano Balderas también se solicita  que los Ayuntamientos, a través de Protección Civil y Dirección de Salud Municipales, sean los encargados de brindar la capacitación necesaria para el uso de los desfibriladores, así como la técnica de RCP (resucitación cardiopulmonar).

“La presentación de un infarto se incrementa en la medida que avanzamos en edad, desafortunadamente éste cada vez más se presenta en personas jóvenes, lo cual tiene un gran impacto económico y social, ya que provoca muertes prematuras, largas incapacidades y pérdida de años de vida saludable”, expresó en tribuna.

“Las nuevas tecnologías permiten el uso de cierto tipo de desfibriladores por personal ajeno al área médica y fuera de un entorno hospitalario, éstos son los denominados desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos; cuyo uso durante los primeros minutos es fundamental para la supervivencia de la víctima de una fibrilación ventricular. Si se aplican desfibriladores en menos de 3 minutos desde que se produce el paro cardiaco, la supervivencia aumenta un 73%, y si se hace en menos de 5 minutos, las posibilidades llegan hasta el 50%”.

También se exhorta a la Secretaría de Salud del Estado, para que en el ámbito de sus atribuciones den seguimiento al presente acuerdo, así como difusión del mismo dentro del padrón de establecimientos con grandes concentraciones de personas. Y se solicita al Gobierno del Estado, para que en las instalaciones de las diferentes dependencias en las que laboren más de 500 personas, se cuente con un desfibrilador automático externo.

by Salome Martínez