Clínica de heridas y ostomías del ISSSTE es un referente internacional
Por Salomé Martínez
“Una ostomía salvó mi vida”, resumió Jorge Dotor, paciente de la Clínica de Ostomías y Heridas del Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza” del ISSSTE. “Ingresé hace tres años y medio a urgencias de este complejo médico casi sin signos vitales, por una infección de úlceras por presión, provocadas por permanecer tanto en mi silla de ruedas a causa de una lesión que tengo en mi columna”, expresó.
José Francisco Elizondo Vázquez, titular de esta clínica, y Otilia Cruz Castañeda, Jefa de enfermeras, explicaron que esta proyecto surgió en el Instituto “porque nos dimos cuenta que hacía falta un servicio integrador para pacientes con ostomía y para la atención a úlceras”, ya que estos derechohabientes presentan, casi siempre, este tipo de lesiones; además integraron un manejo de heridas dehiscentes (aquellas que se abren después de un procedimiento quirúrgico).
Otros ejemplos representativos de la calidad en el servicio y los beneficios directos de esta clínica son los tratamientos disponibles para el pie diabético y el Síndrome de Fournier -asociado a la diabetes-, patología que empieza como una úlcera en genitales o cerca del recto. “Anteriormente el 80 por ciento de los pacientes moría a causa de este síndrome; hoy el 90 por ciento sobrevive”, subrayó el doctor Elizondo Vázquez.
EL titular de la clínica ahondó que la estancia de un paciente con Síndrome de Fournier era de tres meses para poderlo controlar, practicando lavado diario con agua y jabón dos a tres veces al día, lo que representaba mayor gasto en gasas y en tiempo, además del dolor para el paciente; “después, con la aplicación de apósitos hidrocoloides el proceso de curación se da en un mes, hasta llegar hoy a dos semanas con la implementación de apósitos de plata”.
Respecto a las ostomías, la Jefa de Enfermeras definió que es una abertura abdominal que se practica cuando, a causa de diversas enfermedades (cáncer de colón, de recto, apéndice complicada, estallamiento de vísceras, entre otras), se desconecta el sistema natural para evacuar, y por medio de ella se extrae el intestino para que el paciente dé salida a las heces o la orina, que se depositan en una bolsa especial.
Jorge Dotor, quien dio su testimonio de colostomía, es uno de los mil 363 derechohabientes que han sido atendidos en esa clínica por la misma situación, en la que, además, le han dado atención integral por úlceras por presión y heridas. “Aquí me explicaron por qué tenía que convivir con una ostomía, me trataron como una familia y eso me levantó el ánimo”. Agregó que cada mes la clínica le proporciona las bolsas para desecho, mismas que son reutilizables y duran de seis a diez días.
Cruz Castañeda, detalló que en esta clínica también se atienden heridas de difícil cicatrización. “Somos referentes a nivel internacional y colaboramos con la Asociación Mexicana para el Cuidado Integral y Cicatrización de Heridas, así como en la formación en enfermería de heridas para diferentes escuelas como la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Panamericana”, ahondó.
Para ayudar en el proceso de evolución de las heridas, la clínica dispone de diversos tipos de apósitos (parches con distintos activos: alginatos, hidrocoloides, de plata y de colágeno, por mencionar algunos), que permiten una pronta regeneración de tejido, lo que se traduce en un mejor servicio, ahorro en tiempo y dinero para el derechohabiente, así como eficiencia en la atención médica.
“Aquí podemos tratar todo tipo de heridas traumatológicas y el servicio es ambulatorio”, expuso Otilia Cruz, aunque también atienden consulta hospitalaria. Agregó que el trabajo del cuerpo médico en esa clínica es de carácter interdisciplinario porque interactúa con otras especialidades, dependiendo el padecimiento que se trate.
“Hasta octubre de este año, hemos realizado siete mil 713 procedimientos a mil 745 pacientes y el promedio es de cuatro curaciones por usuario con alguna lesión”, destacó la Jefa de Enfermeras. Por tipología, han atendido a 119 pacientes con heridas dehiscentes -que se complican por alguna cirugía-; 92 por úlceras por presión (llagas) por movilidad disminuida; 81 pacientes con ulceras venosas; 85 por síndrome de Fournier, mordedura de perro y otras; 56 con pie diabético y 52 por quemaduras (no más del 40 por ciento del cuerpo).
“La atención en la clínica es integral. A los pacientes y sus familiares tratados de forma ambulatoria y con heridas sin complicaciones, se les capacita para curarse en casa y se les proporciona el material. La mayoría de ellos sufre pie diabético, lo que significa ahorro en tiempo en dinero y tiempo para el usuario y para el Instituto. Sus vistas clínicas son cada siete días, si su evaluación es mejor, la periodicidad de las consultas puede ser quincenal”, explicó el doctor Elizondo.
Además del trato cálido y de contar con el material idóneo para tratar de manera eficiente el progreso de curación de heridas, han sumado la comunicación móvil para monitorear el avance de los pacientes.
“Algo que nos ha ayudado mucho es la tecnología a través de los celulares. Quien se cura en casa por lo general nos envía una foto por mensajería instantánea para conocer su evolución; si observamos que algo que no esté bien, se le da cita al día siguiente para revisar qué está pasando, reforzar o cambiar la terapia”, subrayó Otilia Cruz.
Cruz Castañeda explicó que bajo la administración del ISSSTE, que encabeza José Reyes Baeza Terrazas, el proceso de atención a heridas se aplica en otras unidades médicas del Instituto en el país.
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