Como buen gallo, Ernesto Pérez donde quiera canta y no para de hacerlo…

Por 4poder.info

¡Qué privilegio!, el de recibir su arte derramado, y colmado en la infinita amistad que le concede a sus fidelísimos seguidores, bohemios de cepa, entre ellos algunos periodistas, que coincidieron en el Mesón, sin siquiera haberse organizado para ello.

Fue una agradable coincidencia en la vigilia con tal de escuchar a El Gallo quien agasajaría los paladares con una deliciosa arrachera y unos burritos norteños.

En plena arista de Padre Mier y Mina, con una paciencia franciscana, El Gallo nos desglosaba su trajinar por el mundo de la bohemia, de la trova. Pero también de lo que casi nadie sabemos: su adversa guerra: sostener su arte frente a la durísima tarea de mantener el negocio, no por el negocio mismo, sino de esa fragorosa empresa que es hacer que la cultura sobreviva.

Porque El Gallo canta en la noche hasta la madrugada, y apenas unas horas después echa a andar su diaria disyuntiva entre descansar y tener que hacer el abasto para el almuerzo y la comida del mediodía para atender a los comensales.

Vale la pena visitar El Mesón donde El Gallo fragua sorpresas que muy pronto él va a materializar en el acogedor y ancestral establecimiento de sillar y poderosas vigas donde no para de cantar porque, como dije -y bien dice el dicho-, «el que es buen gallo, y Ernesto Pérez lo es, donde quiera canta».

by Salome Martínez