No lo digo por el temblor. Las turbulencias de las que hablo están a nivel de piso, son originadas por el diseño artístico y natural del pavimento de sus calles. Es algo especial como corresponde a una ciudad líder en industria, salud, educación… Es diseño e innovación, creatividad en el lenguaje de los comunicólogos y mercadólogos.
Ultimamente, he traído pasajeros en mi auto y cuando éste sube, baja, tiembla y se sacude, les digo: -Estamos pasando por una turbulencia. Es normal, el fenómeno se repite cada 5 metros.
Y cuando caminamos tampoco podemos caminar como Miss Universo en pasarela, pues si despegas los ojos de la banqueta tus rodillas pueden impactar en el piso o simplemente no hay banqueta.
Así que tenemos que conducir o caminar mirando para abajo cuando es tan recomendable ver para arriba por cuestiones de autoestima, motivación y apreciación.
El paisaje de Monterrey es para fotos, no nos pertenece. Porque al igual que cuando viajas en avión y hay una turbulencia dejas de ver hacia afuera y te concentras en el deseo de que pase pronto. Así nos sucede aquí, a nivel de piso cada minuto. Cuando manejas y caminas no puedes ver ni pensar más allá del pozo y el bordo. ¿Habrá lugares en donde esto es diferente? Uff! Por supuesto que sí.