Testimonios de vocación y pasión por la educación
En un muy emotivo evento, convivieron dos generaciones de universitarios: los Profesores Eméritos de la UANL y sus estudiantes, quienes habrán de abrevar el cúmulo de experiencias, motivaciones y pasiones de los que han dedicado ya más de 30 años a la docencia en la Máxima Casa de Estudios.
Este ejercicio se concretó durante la presentación del libro “Una huella permanente”, texto editado por la institución y que constituye una rica antología de anécdotas e historias de los Profesores Eméritos; la ceremonia se realizo el 10 de diciembre en la Biblioteca Universitaria “Raúl Rangel Frías”, en donde se develó una galería fotográfica de los homenajeados.
“Hoy que reconocimos a los 113 Profesores Eméritos con que cuenta la institución creo que nos quedamos cortos, porque ustedes representan a todos los docentes de la Máxima Casa de Estudios; hoy vivimos un proceso importante de cambio, pero gracias a sus asesorías podemos continuar en esta vocación nuestra que es la educación”, refirió el Rector Jesús Ancer Rodríguez.
Sinónimo de consolidación
El libro “Una huella permanente” reúne entrevistas a 83 Profesores Eméritos de 113 que tiene registro la UANL (30 son finados) y todos ellos comparten sus vivencias, su pasión por la Universidad, el amor a la camiseta y la satisfacción de formar a generaciones de alumnos durante décadas.
“Con los testimoniales integrados en este libro reafirmamos la vocación de todos ustedes, son una historia viviente que representa la verdad de la Universidad en estos 80 años de vida de la institución y queremos compartir su experiencia con los jóvenes, por eso voy a proponer al Consejo Universitario crear la Cátedra Profesor Emérito y que sea permanente”, adelantó el doctor Jesús Ancer Rodríguez.
Para la presentación de este texto, cada profesor distinguido se hizo acompañar de un estudiante a fin de sostener un diálogo y enriquecer así la relación entre ambos.
“La generosidad de compartir lo que saben es la raíz de su grandeza, nosotros somos su legado, su herencia, el fruto de sus esfuerzos; en este libro podemos ver que han sido ustedes quienes nos han ayudado a despegar, a ver; sé que ustedes maestros Eméritos, han cumplido su propósito de vida, con profunda sinceridad les hago mi reconocimiento más alto, padres de vida intelectual”, pronunció Andrea Montemayor Garza, Consejera Alumna de la Facultad de Filosofía y Letras.
Cabe señalar que el texto está organizado por orden alfabético tanto en los nombres de las personalidades como en el nombre de las preparatorias y facultades; y que se contó con la asesoría histórica por parte del Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANL.
De este selecto grupo de 113 Profesores Eméritos, el Rector Jesús Ancer Rodríguez entregó reconocimiento a tres de ellos: a la doctora María Ana Garza Barrientos, primera mujer en recibir esta distinción; al doctor José Mario Gutiérrez Garza, quien es el de mayor antigüedad con este nombramiento; y al ingeniero José Manuel López González, con una trayectoria de 64 años como docente y en activo.
“Estos maestros no son sino un botón de muestra del gran potencial académico, docente, técnico, espiritual y humano que posee la Universidad y como dicen los muchachos, qué buena onda que se conozca y se hable de los Profesores Eméritos, de esos signos eficaces del intelecto docente universitario y que la gente de todo el país debe conocer por su valía en el trabajo silencioso, integral y cotidiano”, dijo el ingeniero José Manuel López González, Decano de la Máxima Casa de Estudios.
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