Por Pedro García
De que los hay, los hay…Me refiero a algunos patrones comportados al estilo del tiempo de las “cavernas” del medio laboral con un trato inhumano a sus trabajadores cuya dignidad desprecian, puesto que los han dejado en la calle con el súbito cierre del centro de trabajo y la consecuente falta de ingresos de la gente.
Es el caso de los dueños de la empresa IPISA, Ingeniería y Proyectos Industriales de instalación de sistemas sanitarios quienes desoyen la orden de las autoridades del trabajo de pagar la correspondiente liquidación al personal, ya que los ha dejado cesantes.
Los trabajadores llevan varias semanas sin trabajo y sin el pago de sus indemnizaciones por la sencilla razón de que los patrones, Dagoberto Evaristo González Franco y su esposa Alicia del Rosario Fernández Sepúlveda se han esfumado luego de que la Junta de Conciliación emitió la orden de entregar el finiquito al personal.
Todo esto viene a cuento porque los trabajadores se vieron en la necesidad de buscar a los patrones hasta su domicilio particular en el fraccionamiento Lomas del Bosque, asiento de fastuosas residencias, una de ellas es la de Dagoberto Evaristo y su mujer Alicia del Rosario, a los que la gente ubicó en el 209 de la calle Corona, en San Pedro.
Armados con pancartas y expresando consignas en reclamo de lo que en derecho les corresponde, las asalariados se plantaron ante la fachada de la residencia de unos 30 metros de frente para exigir la presencia de los patrones.
¡Da la cara Roberto!…¡Nosotros te hicimos millonario y así nos pagas!…manifestaron en las pancartas los hombres, padres de familia que están sin ingresos y padecen la angustia diaria de no tener la posibilidad de brindar el sustento a hijos y esposas.
Creemos que la autoridad laboral debe proceder con más dureza y obligar la comparecencia de los señores Dagoberto Evaristo y Alicia del Rosario a efecto de garantizar la liquidación de los trabajadores.
Si bien el hecho pudiera no tener la relevancia como para establecer un rompimiento del clima laboral, se inscribe como una falta grave que la autoridad laboral no debe tolerar y dejarlo en el nivel de un hecho aislado toda vez que setenta familias, unas 350 personas, se han quedado sin el sustento básico.
Algunos de los trabajadores comentaron que hubo una época en que la compañía sufrió de “vacas flacas” con poca demanda de servicios y contó con la solidaridad del personal al aceptar una paga a medio sueldo para tratar de sacar adelante a la empresa IPISA, de lo cual los señores Dagoberto Evaristo y su señora Alicia del Rosario, ya no se acuerdan.
Esta columna manifiesta su solidaridad con los demandantes y espera que se produzca el milagro de que los dueños de la empresa IPISA -como cristianos que podrían ser-, se condolieran de la situación de sus trabajadores y finalmente les entregaran su liquidación, esto a pesar de que Dagoberto Evaristo ha cometido la artimaña de poner a nombre de sus hijos los bienes inmobiliarios que posee. Una cobardía absoluta, tratándose de empresarios regiomontanos.
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El diputado presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, Francisco Cienfuegos afirmó que: “Tenemos la certeza de que en este siglo XXI, el Ejército Mexicano se consolidará como factor primordial del Estado, para proveer un entorno de equilibrio social y dinamizar el desarrollo del país, trabajando diariamente para hacer que México sea cada vez mejor”.
Lo anterior expresó en su mensaje en la sesión solemne donde se homenajeó a la institución militar con la inscripción “Año 2013, Centenario del Ejército Mexicano y de la Lealtad Institucional”. El diputado Cienfuegos dijo que entre los ciudadanos hay ilimitada admiración hacia el cuerpo castrense que “ha sabido estar con su gente en los momentos difíciles”.