Por Pedro García
Y agárrate que la sesión de ayer en el Congreso de Nuevo León empezó al revés volteado: golpes y contragolpes a pretexto de la manzana de la discordia: ¡Godaaaaar! Aquello parecía el tiempo de Asuntos Generales donde, dice más de un reportero, uno que otro quiere ganar 5 minutos de fama subiendo a decir cualquier cosa. Pero no, la sesión iniciaba.
Y vean que no acabamos de atestiguar el pleito de vecindad en el sagrado recinto. ¡La máxima tribuna!, dicen luego los diputados muy ceremoniosos, con voz grave y espíritu contrito.
¡Nada! Hay tienes que el tal Godar vino a descomponer la disimulada armonía en el congreso. Todo era empate. Si aquél dejaba chipote, éste también dejaba chipote. Y todos contentos.
Pero no se le va ocurriendo, al tal Godar, recordar que hay ideologías y que por lo tanto ya era hora de ganar respetabilidad, ser congruente, y abrazar a su colega Eduardo Arguijo.
Ya la raza anda dispersando conjeturas económicas como las provocadoras del regreso de Godar a la izquierda ideológicamente sólida y de una pieza, entregada sólo al pueblo. Ahí yo no le entro, pero desde ayer las mantas ondean en el ambiente regiomontano. Exhiben a Godar y no lo bajan de mercenario.
El cuento es que los bandos del PRI y PAN han vuelto a tomar los fierros, ¡grrrrr!, con la intención de los primeros de mandar a Godar al Partido Verde de donde salió por la puerta y ni siquiera avisó si iba por cigarros, o qué. Godar se pasó la sesión arrinconado, en mutis, con los nervios de punta, veía y no veía, porque es feo que públicamente estén hablando de uno y no poder –o no se lo permitían- defenderse; era como un cervatillo presenciando a los tigres defender la presa política determinante del predominio en el congreso, y que el PAN ejecuta con toda normalidad democrática, porque mayoría es mayoría. Ni hablar.
El PRI volvió a restregar que Godar renunció de manera i-rre-vo-ca-ble al PRD y por lo tanto su afiliación con el PRD fue ilegal. Arguijo, el líder de líderes de todos los perredistas, contestó que el mitote de los tricolores tiene un fondo político (¡¿?!).
¡Estás entregado al PAN!… le respondía Torres que ayer quería subir a cada rato a la Tribuna como si cualquier cosa. ¡Compruébalo!, le replicó a un grito Arguijo quien defiende la autonomía y libertad de Godar a decidir, quien sin embargo antes fue del Verde, luego del PRD, luego ya en el congreso dejó al PRD y se proclamó independiente; luego cayó al bote y decidió retornar a los brazos del PRD, pero muchos periodistas me dicen que en realidad está del lado del PAN. Si el caso Godar fuera una clave de guerra, yo no la entendería y pediría ayuda a Obama que es un espía experto y cínico, condición miserable que todavía defiende, misma que trata de esconder haciendo la guerra a Siria y regalarle al mundo la salvación. Pero ya casi nadie le cree, muy apenas sus aliados incondicionales, los británicos y aún con muchas reservas porque ya se sabe que el gobierno de Estados Unidos es un pérfido.
Esto viene a cuento porque en el Congreso de Nuevo León priistas y panistas se dan un trato mutuo de infieles de la democracia, las normas y la civilidad. Quién tiene la verdad. O cómo dice una rola norteña “Qué es la verdad”.